El archipiélago de Madeira atrae cada año a millares de turistas a casi 1000 kilometros del Portugal continental; los turistas acuden en busca de su naturaleza, su clima templado y sus playas. Es una región de fuertes contrastes: en época de plena floración es un paraiso vegetal y tiene panoramas arrebatadores.
Su capital es Funchal, única ciudad del archipiélago donde están la mayor parte de los atractivos turísticos y hoteles. En norte de Madeira es frío y el sur es soleado y florido. El interior es volcánico e invita a excursiones donde todavía - parece mentira - podemos encontrar naturaleza vírgen. La mayor elevación de Madeira se llama Pico Ruivo y es uno de los puntos más visitados por los turistas.
Funchal tiene un casco histórico en torno a la Avenida Arriaga que se asoma a su bonito puerto. Lo que no nos podemos perder es:
- La sé o Catedral de Funchal abre todos los días y es un vestigio bien conservado de la época colonial. Se fundó en 1514 bajo las órdenes del arquitecto real Pero Anes y destaca por su coro y su techo de taracea.
- Museo de Arte Sacra. Ubicado en el antiguo palacio arzobispal conserva tesoros locales que provienen de las donaciones de la burguesía de Madeira a la iglesia local. Cierra los lunes.
- Museo de Artes Decorativas. Una espectacular mansión decimonónica, la Quinta das Cruzes, con todo tipo de lujos.
- Convento de Santa Clara, data de 1496 y guarda los restos mortales del Zarco, el descubridor de Madeira.
- Jardín Botánico, en la Quinta do Bom Sucesso. Es un jardín espectacular con muestras de todo el mundo traidos en época del imperio portugués.
- Bodegas de San Francisco, donde podemos catar vinos locales.
- Mercado dos Lavradores, donde podemos encontrar pescado, artesanía local y fruta tropical. El día de mayor concurrencia es el viernes.
- Fortaleza de São Tiago, en el paseo marítimo. Hoy aloja un museo de Arte Moderno.
Madeira es conocida en todo el mundo por su famoso vino.